KILIAN – GOOD GIRL GONE BAD – EDP 50ml

«Inspirada por la audaz transformación de la ‘Chica Buena’ en algo salvajemente irresistible, Good Girl Gone Bad de KILIAN nos sumerge en un torbellino floral en el jardín del bien y el mal.

Esta fragancia se despliega como un juego entre la inocencia y la voluptuosidad, donde las notas iniciales de osmanto con matices de albaricoque, flor de azahar y rosa de mayo, dan paso a una explosión de las tres sirenas de las flores: el absoluto de tuberosa, jazmín y narciso.

Las notas clave de esta fragancia son la flor de azahar, el osmanto y la tuberosa, creando una experiencia olfativa inolvidable.

Dentro de la familia olfativa de las ‘Narcóticas’, KILIAN elabora sus flores como una adicción narcótica, que oscila entre la rosa y la tuberosa, la flor de azahar y la gardenia.

El frasco de la familia Narcótica de KILIAN está adornado con un distintivo esmalte blanco y grabado meticulosamente con la representación del escudo de Aquiles, fusionando la seducción y la protección, como bien dice Kilian Hennessy.

Good Girl Gone Bad es una creación única en la familia Narcótica de KILIAN, una sinfonía de frutas y flores que hechiza como risas inesperadas y barreras derribadas. Esta fragancia es una prohibición olvidada que despierta la sensualidad y la pasión.

Abre con la frescura de los pétalos de jazmín Sambac y la dulzura del albaricoque del osmanto chino, pero pronto desvela su lado decadente. La Rosa de Mayo exhala su calidez melosa, la tuberosa de la India revela su redondez láctea y el narcisismo egipcio despierta una sensualidad narcótica. Las notas de cedro de Virginia y ámbar intentan dominar esta opulencia, pero nunca logran contenerla por completo. La tensión es palpable, la adicción se desborda y el placer se consuma.

Notas de Salida: Osmanthus, jazmín y rosa de mayo. Notas de Corazón: Nardo de la India y narciso. Notas de Fondo: Ámbar y cedro.

Good Girl Gone Bad es una fragancia que desafía las convenciones y se sumerge en la pasión desenfrenada. Un viaje olfativo que cautiva y envuelve los sentidos, creando una experiencia verdaderamente adictiva.»