Una sensación oceánica impregna cada capa de esta fragancia fresca y tersa. Aquí, se trata de un mar primordial y mitológico. Comienza con la forma de la concha y da origen a la diosa de la belleza. De un simbolismo surrealista, como en la obra de la cineasta francesa Germaine Dulac, donde el deseo intenso y la sexualidad siempre están bajo la superficie brillante. Fresca y hermosa, pero con una resaca.
Notas: yuzu, algas marinas, iris, lirio de los valles, pimienta rosa, roca húmeda, cedro, ámbar gris, conchas marinas, madera flotante.
Inclinación Femenina
Inclinación Masculina